preload preload preload preload

lunes

SIN TRISTEZA

No todas las despedidas son tristes. En el prólogo a su novela Persiles y Sigismunda, Miguel de Cervantes Saavedra espera su muerte con la actitud sosegada de un hombre que a los 67 años ya ha pasado por sinsabores y alegrías: “¡Adiós, gracias; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos; que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida!”

1 comments:

kuddos dijo...

Me llaman mucho la atención este tipo de situaciones, asi como los epitafios me parecen muy interesantes, sobre todo los que los crean para si mismos.
Como el de Cantinflas me encanta; "Parece que se fue, pero no es cierto" no es genial?
Apuesto que tu podrias crear uno muy creativo para ti.