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jueves

PLACERES CLANDESTINOS

Los hoteles de paso son lugares de transgresiones costosas. Ahí, los pasillos con alfombra huelen a zapatos apresurados de madres y esposas respetables, a tenis sucios de adolescentes exploradores, a pasos comprados de parejas unidas por unos billetes momentáneos. Los espejos de los cuartos reflejan soledades, prisas, siluetas de cuerpos deseosos de obscuridad; el agua de las regaderas salpica deseos, pesadumbres, vacilaciones; y la inasible fragancia de los jabones pequeños es la metáfora del placer pasajero.