Muchos de mis amigos y conocidos se han quejado porque, debido a la alerta sanitaria, no han podido salir a divertirse a lugares públicos. Para mí esta situación es normal pues mi horario de actividades es fundamentalmente solitario. Me levanto a las 8, me aseo, desayuno y a las 9:30 de la mañana empiezo a leer: primero la prensa nacional e internacional y después las novelas, ensayos, artículos o lo que sea necesario para mi actividad académica; mi hora de comida es a las 3 de la tarde, enseguida doy una caminata, regreso a mi casa, hago ejercicio, me tomo una siesta de una hora y de las 7 hasta las 10 de la noche me dedico a escribir. A las 10 me voy a la cama y no despierto sino hasta las 8 del siguiente día.
Esa es mi rutina de todos los días. La rompo sólo los martes cuando voy a la estación de radio y me levanto a las 6 de la mañana o cuando me reúno con amigos o cada vez que puedo ir a un concierto.
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