LA OTREDAD

El gobierno mexicano ya no prohíbe la difusión de cierto tipo de información. Sin embargo, los medios de comunicación están ahora condicionados por una censura cambiante y peligrosa: la del público. Hay que ubicar cuidadosamente la capacidad económica y las necesidades y las fobias y los gustos y preferencias políticas de los receptores porque, de lo contrario, éstos buscan otro periódico, otra revista, otro canal de televisión, otra estación de radio.